Cada día necesitamos acercarnos a Dios con confianza entendiendo que su amor nos cubre y nos alienta a seguir paso a paso en dirección a su propósito. Jesús creció en medio de un entorno humilde y sencillo, conocía lo que representaba ser parte de una familia que subsistía con el trabajo diario.
El entendía cuando había escases y abundancia. Jamás estuvo ajeno a una vida común como la nuestra. Se mantuvo rodeado de personas ordinarias, y la mayoría del tiempo prefería pasar el tiempo junto a aquellos que tenían necesidad, mostraba compasión, era movido a misericordia ante la realidad de la gente que le seguía. Aquel que se acercaba a pedir no recibía un ´´no´´ por respuesta.
Su vocabulario era conducido por una palabra oportuna, dirigida a: calmar, alentar y producir paz ante cualquier circunstancia. Así pues, un día le hablo a sus discípulos en medio de la multitud diciendo:
´´Estas cosas
os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero
confiad, yo he vencido al mundo´´ Juan 16:33
Sin embargo, nos muestra un camino de esperanza, la confianza en su poder, en su capacidad como hijo de Dios para vencer. Esa disposición que tuvo de hacer lo correcto y mantenerse firme creyendo en que el Padre jamás nos abandonaría.
Esa es también nuestra esperanza, hoy, mañana y siempre.
Un abrazo!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario